Cómo ser Coachable: Consejos para su Desarrollo Profesional
Existe una cita muy conocida de Michael Jordan que define lo que él , posiblemente, el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos, identificó como su mayor cualidad.
¿Sería su talento innato para encestar la canasta decisiva? ¿O el hecho de que fuera brillante tanto en defensa como en ataque? ¿Quizás su extraordinaria resistencia y capacidad de recuperación para jugar una y otra vez a pesar de sus problemas de salud y lesiones para conseguir grandes resultados?
No. No tiene nada que ver con eso.
«Mi mayor habilidad era ser entrenable», afirmó Jordan. «Era una esponja y agresivo para aprender».
Jordan contaba con mucho apoyo en esa autoevaluación. El legendario entrenador de la NBA Phil Jackson, quien condujo las carreras profesionales tanto de Jordan como del fallecido Kobe Bryant, confesó que había «algo entrenable en Michael que Kobe no tenía». Si Jackson tenía que sentar en el banquillo a Jordan porque no estaba haciendo un buen partido, se ponía inmediatamente a trabajar en la solución del problema.
«Jordan sabía lo que había hecho. Era consciente».
La carrera profesional de Jordan y su deseo por ser entrenado sirven de ejemplo no solo a aspirantes baloncestistas. Hoy en día, la mayor parte del mundo empresarial sabe que los empleados «entrenables» son muy demandados. Ser entrenable tiene que ver con ser abierto, dedicado y flexible.
Pero eso no es todo. Ahora que el coaching está disponible más allá de los cargos ejecutivos, la capacidad de coaching se ha vuelto más importante para la contratación y el desarrollo del liderazgo.
Para aquellas organizaciones que desean contratar personas abiertas al coaching, existen muchos recursos sobre cómo detectarlos y convertirlos en parte de tu cultura organizativa. No es de extrañar que la mayoría de esas referencias provengan del mundo del deporte.
¿Qué hace que una persona sea «entrenable»?
Bill Beswick, psicólogo y autor, ha trabajado con algunos de los equipos más exitosos de la Premier League inglesa y cree que es posible detectar si una persona es entrenable «inmediatamente después de que un entrenador intervenga con consejos, instrucciones o críticas».
Beswick aconseja al resto de entrenadores de fútbol fijarse en si un jugador responde con arrogancia (no necesito ayuda), indiferencia (¿a quién le importa?), enfado (¿quién eres tú para mandarme?), subversión (busca a otros para menospreciar el mensaje del entrenador) o baja autoestima (se toma el consejo del entrenador como una crítica).
Los coaches y académicos del mundo empresarial tienen muy en cuenta estas observaciones. El legendario gurú de liderazgo y autor Marshall Goldsmith identificó cuatro señales reveladoras de los que llamó los «no entrenables».
Entre ellos se encuentran aquellas personas que están negadas. Son aquellos que ante pruebas objetivas no son capaces de reconocer que tengan un problema o hayan hecho algo mal. De hecho, Goldsmith argumentó que los empleados que «piensan que el problema son los demás» son todo lo opuesto a poder ser entrenables. «Es imposible hacer cambiar a una persona que piensa que el resto son el problema», escribió.
Sin embargo, estos ejemplos no sirven de mucho para identificar las características principales de una persona entrenable.
Principales cualidades de los verdaderamente entrenables
Como ocurre en muchas listas «top X», encontrarás una gran variedad de interpretaciones y descripciones de las principales cualidades de los atletas y empleados entrenables. No obstante, existen varios puntos en los que casi todos están de acuerdo.
Franqueza y Voluntad
Casi todo el mundo en este sector piensa que para abrirse al coaching primero hay que tener la voluntad de aprender y mejorar. Ahora bien, es algo muy fácil de fingir. Sin embargo, la mayoría de los expertos de este sector mantienen que la reacción que tiene un empleado cuando se le asigna o se le ofrece coaching o consejo es un buen indicio para observar su verdadera voluntad. Los empleados necesitan ver el coaching «como una señal positiva» porque la organización quiere invertir en ellos, no como algo que les haga dudar si son valorados.
Compromiso y Voluntad
Aunque lo siguiente puede parecer tan evidente que no necesita mencionarse, una fuerte voluntad y la motivación por aprender y ser mejor es fundamental para una mentalidad entrenable. El Coach Ejecutivo Alan Fine, que comenzó su carrera profesional como entrenador de tenis de alto nivel antes de convertirse en alto ejecutivo, sugiere que esta voluntad por aprender y el compromiso con el éxito personal y el de la organización son los cimientos para poder ser «entrenable».
Inteligencia y Pasión
El mismo Bill Beswick ha estudiado algunos de los entrenadores con más éxito en el mundo del deporte profesional y ha descubierto que algunos, como el legendario entrenador de los New England Patriots, Bill Belichick, fichan a jugadores que son tan inteligentes como talentosos. El talento les permite ser extraordinarios, pero la inteligencia hace que comprendan el valor del coaching. «El equipo de Belichick exprime sin descanso el máximo rendimiento de unos jugadores cuya "excelencia" se mide por sus cabezas y corazones tanto como por sus brazos y piernas».
Teniendo en cuenta que el coaching se proporciona a gran escala a más organizaciones, y a más niveles de una organización, ciertamente, tiene sentido que los empresarios tomen como ejemplo muchos aspectos del mundo del coaching. Igualmente, tiene sentido que contraten a empleados que puedan y estén dispuestos a aceptar las instrucciones que puede ofrecer un coach.
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